Me imagino que como yo muchos de vosotros os habréis levantado escuchando en los telediarios la preocupante noticia de que un investigador británico estableció a través de una fórmula matemática, el tercer lunes de enero como el día más triste del año. Es decir, hoy, 18 de enero, es lo que ya se conoce como el «Blue Monday». El psicólogo y experto en motivación Cliff Arnal, de la Universidad de Cardiff, llegó a esta conclusión tras estudiar las variables del clima, su escasa liquidez para pagar algunas deudas y su decepción por haber incumplido los propósitos del nuevo año.
No, no es que mi colega el Sr. Arnal esté mál de la cabeza, teoría de momento sin contrastar que corre sobre todos los psicólogos entre los cuales me incluyo, sino que como él mismo reconoció más tarde, este estudio seudocientífico se trataba de un reclamo publicitario encargado por una agencia de viajes para recomendar sus maravillosos productos como mejor terapia para tan fatídico día.
El problema real no viene por esta estrategia publicitaria, sino porque hoy, diez años después de que se llevara a cabo, en los telediarios hablan de este 18 de enero como si realmente no nos quedara más remedio que asimilar tan funesto día y la infelicidad que nos va a acompañar durante estas 24 horas y por supuesto sin hacer mención alguna a la ya dicha estrategia publicitaria.
De todos es sabido el poder de la sugestión en determinadas personas, aún más si están pasando por alguna mala etapa en su vida o están padeciendo algún problema de tipo psicológico. El hecho es que esta mañana he tenido que presenciar en mi consulta como varias personas referían encontrarse peor anímicamente que ayer o que hace una semana, aludiendo a lo inevitable de la situación ya que hoy era el blue monday (ya sabeis que además el decirlo en inglés realza aún más su veracidad).
Realmente nuestro estado de ánimo depende mayoritariamente de cómo nos hablamos a nosotros mismos, de las autoinstrucciones que nos damos, de cómo interpretamos las cosas que nos ocurren. De nosotros depende exclusivamente que algo sea simplemente desagradable o insoportablemente horroroso. Si nosotros estamos convencidos de que hoy va a ser el peor día de nuestro año, tenderemos a utilizar una atención selectiva hacia las cosas que nos ocurran que no sean de nuestro agrado engrandeciéndolas en importancia y obviando las otras muchas positivas que pasaran por nuestro lado como si fueran invisibles, como si no existieran. Realmente estaremos creando nuestro blue monday y lo peor de todo, estaremos sentando precedente para los años venideros.
Por eso mis pacientes y yo hemos decido que no nos da la gana, que por mucho que digan en la televisión, a nosotros nos apetece disfrutar de el día de hoy y centrarnos principalmente en las cosas agradables que nos vayan ocurriendo. Te invitamos a unirte a nuestro Pink, Yellow o multicolor Monday. Tú decides.